Ya tomé palabras de otros antes, así que, en esta parte, también tomo unas de Gabriela Mistral; "Hay que cuidar esto Doris, es una cosa delicada el amor". Y no te puedo mentir, amor mío, tomo este futuro, esta cosa tan delicada, con miedos nuevos. Esto que empezó como un salto de fe, un enamoramiento que podía pasarse, echó raíces en mí. Llevo un pedazo de Clarisa, de Marina, conmigo. Donde quiera que vaya, y sé que va a estar ahí toda la vida. ¿Cómo no me va a dar miedo equivocarme y herirte otra vez?

Es una cosa delicada el amor.

Una cosa delicada y sigo aprendiendo. A callarme y escuchar. A hablar lo que me acostumbré a callar. A asumir que hay consecuencias que se escapan de mi deseo, que mi amor no es suficiente para parar algo tan certero como los efectos de mis actos; las intenciones no son suficientes, aunque me desborden el pecho.

No voy a pedirte más paciencia de la que ya me has dado, ni hacerte otra promesa que se rompa con un pedacito de ti. Voy a pedirte tu honestidad, y un día a la vez. Un día para probarme digno, uno a la vez. Nada más que eso, porque un solo día es la bendición más preciosa cuando sé que estás ahí en el mundo y me quieres como te quiero.

Eres el amor de mi vida y te voy a llevar conmigo toda ella. Un solo día es un regalo precioso.

Will you be my Valentine today?




Para Clarisa, de Mistral